Participantes: Kai, Lay, ChanYeol (EXO), MinAh (Girl's Day), Joon (MBLAQ)...
Género: angst, crime, drama, mystery, general
Advertencias: muerte de un personaje, violación NO explícita, tortura, lemon, lenguaje soez
Autorización: +18
Sinopsis:
"SeoWon era un lugar complicado, él lo sabía mejor que nadie... Se conocía sus calles como la palma de su mano, había jugado con fuego en sus rincones más oscuros y más de una vez se había quemado. Pero estaba vivo, más vivo que nunca en su maldita vida. Había escapado de ese agujero que lo consumía lentamente y ahora era libre, libre para hacer todo aquello que las eternas palizas le habían impedido, libre de limpiar sus manos de los restos de sangre seca, libre para contar su historia... Tal vez no es bonita, tal vez es demasiado dura, tal vez no hay un amor verdadero escondido entre sus líneas, pero es su historia. ¿Estás dispuesto a escucharla...?"
Capítulo 3
Nada
más dejar a aquel chico tirado en mitad de la calle, ambos hombres
se dirigieron a la imponente y majestuosa casa Kim. Joon supuso que
aquello tan importante sería una reunión para atacar a la mafia
china con la que llevaban enfrentados desde que tenía memoria: la
casa Tang.
El
mayor enfiló directamente hasta su despacho en la planta superior,
pasando de largo de la fila de mayordomos, criados y sirvientas que
se agolpaban para darles la bienvenida y reverenciarlos a ambos; ya
que, a pesar de todo, Joon también era un pilar importante de aquel
lugar. El guardaespaldas inclinó la cabeza educadamente en respuesta
y se apresuró a seguir con su camino.
Cuando
ambos estuvieron en el despacho de la cabeza de la familia, tomaron
asiento el uno frente al otro en el escritorio caoba finamente
tallado y decorado.
–
No te preocupes, no es nada realmente serio, ChangSeon.
Joon
no se sorprendió al escuchar su verdadero nombre, solo él lo usaba
cuando estaban a solas o cuando contaban con la presencia de JongIn
únicamente.
El
chico se encogió de hombros.
–
De acuerdo... Entonces, ¿qué pasa?
–
JongIn
–
¿JongIn? –respondió sin creerlo– ¿Ocurre algo con él?
– Que
yo sepa no, por eso estás tú aquí –apoyó los codos sobre la
mesa, acomodando su barbilla entre sus manos–. Quiero saber cómo
está y la única persona de mi confianza que lo conoce lo
suficientemente bien eres tú, Joonie.
– Ah,
vale –soltó el aire que había retenido–. Me habías asustado,
hyung... –sonrió, obteniendo otra sonrisa en respuesta y se
dispuso a hablar– Pues... yo diría que Pororo está bien, parece
más centrado... ¡y hasta ha hecho nuevos amigos! Nada que ver con
esos delincuentes juveniles con los que salía antes –Joon
acompañó sus palabras con una mueca de desagrado, aquellos habían
sido el motivo principal que lo había convertido en el
guardaespaldas de Kai–. Además, ya no frecuenta tantos bares,
aunque sigue yendo a la discoteca... pero ya sabes que JongIn adora
bailar.
Su
hyung sonrió en respuesta, por supuesto que lo sabía... Tal vez no
fuese un hermano ejemplar, pero lo conocía y se preocupaba muchísimo
por él.
– Me
alegro mucho de escuchar eso –se echó hacia atrás en su sillón,
aflojándose ligeramente su corbata, como hacía cada vez que se
sentía cómodo–. Al menos ya puedo estar tranquilo de que ninguno
de esos niñatos lo meterá en problemas...
–
Ahora solo tienes que preocuparte por los que causa él solito
Ambos
rieron, lo cierto era que Kai por sí mismo ya era un problema con
patas que arrastraba al resto con él porque... bueno, JongIn era
así, nunca estaba solo.
El
mayor estaba abriendo la boca para hablar cuando unos golpes en la
puerta que pedían permiso lo interrumpieron.
–
Adelante –ordenó.
Inmediatamente
la puerta se abrió, dejando ver la imagen de DongHae, el mayordomo
personal del jefe, quien se inclinó educadamente.
–
Señor Kim, su hermano ya ha llegado.
–
Perfecto, dile que venga, por favor.
El
joven mayordomo se inclinó de nuevo antes de cerrar la puerta y
desaparecer en busca del recién llegado. Apenas dos minutos después
volvió a abrir dando paso a Kai.
– ¿Me
has llamado?
– Así
es –señaló una de las sillas–. Siéntate, JongIn.
El
chico obedeció, dejándose caer pesadamente en el asiento.
–
ChangSeon, márchate.
Al
guardaespaldas le costó unos segundos procesar esa información,
demasiado repentina y brusca para su gusto.
–
¿Perdona?
– Que
te largues, tengo que hablar a solas con JongIn.
Joon se
pasó la lengua por los labios. Se levantó bruscamente y se marchó
a grandes zancadas, cabreado. Entendía que quisiera hablar a solas
con su hermano, sobretodo después de las cosas por las que habían
pasado, pero había formas y formas de decirlo... y no había usado
precisamente la más adecuada.
Podría
haber usado un tono más amigable, tal vez un “por favor” o un
comentario desinteresado sobre que le gustaría hablar a solas con el
menor; pero no, él siempre tenía que quedar por encima.
No iba
a negar que le había molestado, porque Joon no era un cualquiera, no
era uno más... a pesar de todo seguía siendo su hermano... Puede
que no de sangre, pero se habían criado juntos desde muy pequeños,
y eso había creado un vínculo casi indestructible entre los dos.
Joon siempre seguía a su hyung, y su hyung siempre lo había tratado
con cariño...
Hacía
diecisiete años que había interrumpido en el núcleo familiar de
los Kim. Por aquel entonces, ChangSeon solo contaba con ocho añños,
su hyung con doce y JongIn con único añito. El señor Kim lo
recogió de la calle y le dio un nuevo nombre y un hogar. Hasta
entonces, en el orfanato lo llamaban “el Lee”.
ChangSeon
había interrumpido la armoniosa vida de la familia Kim, lo sabía,
lo notaba, pero aun así lo aceptaron con los brazos abiertos. La
señora de la casa, su madre,
le dio el mismo cariño que a sus hijos biológicos; su padre
lo crió y educó personalmente, como a los demás; y su hyung lo
hizo partícipe de su vida, de su grupo de amigos y de sus juegos...
«Fue,
era y sería siempre parte de los Kim»
Joon
ya no conocía otra realidad más que la que le ofrecía la mafia, y
era feliz así. Tal vez no fuese lo mejor del mundo, pero era
muchísimo mejor que sus años en la calle. Tenía ropa que ponerse,
comida, una cama y un hogar; cosas por las que la mitad de los
habitantes de ese barrio matarían. Pero por eso, exactamente por la
razón por la que era parte de la mafia, no comprendía por qué
cojones su hyung lo había echado.
Había
demostrado ser bueno en su trabajo, fiel y leal, honesto y reservado,
lo que escuchaba y veía no salía de sus labios. Oír, ver y
callar, le había inculcado su padre años atrás. Y a pesar de
todo eso, parecía que aún no confiaba plenamente en él... ¡no
lograba entenderlo! ¿Qué había hecho para no tener una confianza
que ya se había ganado?
Joon
pateó el pie de una escultura que estaba por el pasillo, midiendo su
fuerza para no tirarla, aunque tenía muchas ganas de desahogarse con
lo primero que encontrase. Suspiró y se llevó las manos a la cara,
tratando de calmarse. Miró hacia arriba y resopló, negando con la
cabeza, tenía que aprender a controlar sus emociones.
Siguió
andando por el pasillo, lo mejor sería irse a su dormitorio y darse
una larga ducha caliente mientras tuviera tiempo libre, pero no
tardaron en truncar sus planes.
–
Señor Lee –un muchacho bajito de semimelena rizada y pelirroja se
inclinó ante él–, Yong JunHyung está aquí.
–
¿Mm? Sí, bueno... pero eso es asunto del señor Kim, Mir. Deberías
dejarle el encargo a DongHae para que lo avise.
El
joven criado al servicio de ChangSeon se removió un poco, inquieto.
–
Pero... el señor Yong ha dicho que no le importa hablar con usted,
que también es importante –Mir puso un especial énfasis en sus
palabras para darle ánimos a su señor, porque no era como los demás
que había tenido y lo trataba bien y, solo por eso, se merecía lo
mejor.
El Lee
se pasó una mano por la nuca, revolviéndose un poco el pelo.
–
Está bien –le sonrió un poco, recibiendo una sonrisa mucho más
entusiasta en respuesta.
– Le
espera abajo en el salón, ¡venga conmigo!
Joon
siguió al joven por los pasillos sin oponer resistencia. Sabía que
si lo hacía sería peor y, aunque él fuera mayor y más fuerte, lo
cierto era que no quería enfadar al joven.
Cuando
llegaron a la sala, JunHyung se levantó del sillón que ocupaba y
extendió los brazos. ChangSeon lo entendió fácilmente y se dejó
abrazar ya que el otro, aunque menor en edad, era ligeramente más
alto.
–
¡Cuánto tiempo! –exclamó feliz, apretujándolo con fuerza–.
¡Te he echado de menos!
– Lo
mismo... digo... Ju-nnie... –articuló con dificultad porque le
costaba respirar.
Se
separaron y se sentaron. Joon mandó al servicio traer un par de
cafés y algunos dulces ya que era temprano.
JunHyung
era algo así como el camello oficial de la mafia, aunque también
trabajaba fuera de esta. Era amigo de la infancia de Joon y de su
hyung, los tres siempre habían estado muy unidos a pesar de las
diferencias de edad.
Se
podía decir que el Lee y el Yong eran opuestos. JunHyung era alto y
él tirando a bajo; el camello era delgaducho y el guardaespaldas era
un tipo fornido; el menor contaba con unos prominentes mofletes que
ocultaban sus ojos y le daban aspecto de ardilla mientras que el
rostro del mayor era delgado, con pómulos marcados, labios finos y
ojos almendrados. Solo coincidían en la forma de vestir más casual
y oscura y en el color del pelo, castaño, porque además JunHyung lo
tenía ondulado y él liso.
Ambos
chicos se sonrieron y comenzaron a comer, las palabras sobraban y lo
sabían.
– ¿Y
qué te trae por aquí?
–
Ya sabes, hyung, trabajo. Pero siempre es lo mismo –JunHyung comía
tanto como podía, con los dos mofletes hinchados de pastelitos,
dándole aún más aspecto de hámster si eso era posible–. Hyung
me dice cuánto quiere, yo le digo el precio y después nos ponemos a
charlar. ¿Y tú qué tal, ChangSeon hyung?
–
Como siempre, Junnie. Detrás de JongIn todo el día, cuando no
planeando contra los Tang y cuando no teniendo que pegarle a algún
pobre desgraciado que no tuvo nada mejor que hacer que meterse con
nosotros... –Joon suspiró– Ya sabes cómo funciona este mundo.
El
menor asintió, pensativo.
–
A veces lo odio –murmuró más para sí mismo que para su
acompañante, pero el Lee lo escuchó perfectamente.
–
¿Y qué podemos hacer, JunHyung? –se acercó a él para evitar
que sus palabras llegaran a los oídos curiosos de algunas personas
del servicio–. Los dos sabemos que una vez se entra no hay forma
de salir... A menos...
–
¿A menos que qué?
Joon
se lo pensó un poco antes de contestar en susurros casi inaudibles.
–
A menos que la destruyas desde dentro... acabando por cortar la
cabeza...
JunHyung
abrió exageradamente los ojos al escuchar eso. ChangSeon hyung tenía
razón, él también sabía eso. Sin embargo siempre le impactaba
escucharlo porque, para ellos, salir de allí significaría matar a
su hyung, y aquello era algo inconcebible para el Yong.
–
Yo jamás sería capaz de hacer eso... –murmuró mirándose a las
manos que le habían empezado a sudar, aquel tema le ponía los pelos
de punta.
Joon
no contestó, se echó hacia atrás en el sofá y se acarició el
puente de la nariz para después pasar a masajearse las sienes.
–
Es así –dijo llanamente.
–
Disculpen –una chica joven, encargada del servicio de limpieza,
irrumpió en la sala–, el señor Kim solicita la presencia del
señor Yong.
JunHyung
asintió y se puso en pie para acompañar a la muchacha.
–
Nos vemos, hyung.
*
* *
Kai
observó a Joon salir del despacho atentamente antes de girarse hacia
la persona que tenía enfrente.
–
¿Qué quieres? –le espetó de golpe sin muchas ganas.
Su
hermano mayor lo miraba fijamente desde el otro lado del escritorio,
perfecta y cómodamente sentado en su mullido sillón. Lo ponía de
los nervios siempre con ese aire de superioridad y esa mirada
egocéntrica, casi restregándole que era mejor, más fuerte, más
poderoso.
–
¡No tengo todo el día, HeeChul! –gritó exasperado, golpeando el
brazo de la silla.
El
nombra suspiró, entre divertido y molesto.
–
Trátame con respeto, niño –habló cansinamente, cansado de
repetir aquella orden al menor.
JongIn
chasqueó la lengua, poniendo los ojos en blanco, y se tumbó más en
su silla, abierto de piernas.
–
¿Y cómo quieres que te llame? ¿Hyung?
–
No estaría mal –el mayor sonrió, consciente de que eso nunca
pasaría.
–
Sigue soñando.
HeeChul
negó con la cabeza, levantándose de su sillón. Se dirigió hacia
la gran estantería que tenía a su derecha, acariciando con la yema
de sus dedos los lomos de los grandes libros.
–
Tengo un trabajo para ti, JongIn... Quiero que me investigues a un
chico de este barrio.
–
Dame una foto y mañana por la noche tendrás lo que quieres.
–
No hay foto –respondió simplemente HeeChul, volviendo a sentarse
con un pequeño diario encuadernado en cuero entre las manos–. Me
dijo que se llamaba Kris.
–
¿Kris? No conozco a nadie con ese nombre.
–
Alto, castaño, con rizos... Ese es un rasgo poco usual... Tenía los
ojos grandes y saltones... y orejas de elfo –recordó el mayor de
los Kim–. Te aseguro que destaca sobre el resto.
Kai
se quedó callado, pensando. Con aquella descripción... solo conocía
a una persona, y no se llamaba Kris, desde luego.
–
¿Por qué quieres que lo investigue? –dudó un poco; HeeChul solo
le mandaba investigar a aquellos que se metían con la mafia, y no
creía que aquel chico fuera violento.
–
Me golpeó –el mayor se balanceó en su asiento–. Y quiero
saber todo de él para buscar el momento idóneo para aplastarlo –sonrió.
JongIn
volvió a callar, meditándolo. Simplemente aquello escapaba de su
comprensión... Tenía que ganar tiempo con HeeChul para investigar
eso...
–
¿Y cómo piensas quitártelo de en medio?
–
Mandaré a Joon, como siempre –Kai rió–. ¿Qué se supone que
es tan gracioso?
–
Que cantaría mucho. Si es quien yo creo que es, lo echarían de
menos, y Joon tampoco es precisamente discreto con esas misiones que
le mandas.
El
menor sonrió casi triunfante al notar cómo su hermano mayor
comenzaba a tener en consideración lo que le contaba.
–
¿Qué propones entonces, JongIn?
–
Déjamelo a mí. Soy mayorcito ya y sé cómo se hacen las cosas. Lo
seguiré, lo investigaré, me ganaré su confianza y, entonces, lo
sacaré de tu vida.
–
Trato hecho –HeeChul rió, extendiéndole una mano que fue
rápidamente estrechada.
–
Por supuesto necesito que me quites de encima a Joon –Kai le
mantenía la mirada aún sin soltar su mano.
El
Kim mayor rió con una carcajada seca.
–
Ya decía yo que no era posible que lo hicieras por amor al arte...
Pero está bien, le diré a ChangSeon que deje de seguirte.
JongIn
sonrió, satisfecho. Al final había logrado más de lo que esperaba.
Le
soltó la mano y se levantó, marchándose de su despacho de una vez,
aquel sitio lo ahogaba por dentro.
–
Te he enseñado bien, JongIn... –murmuró HeeChul una vez se
quedó solo– Tú sí eres un verdadero Kim...
Continuará...
¿Heechul? Tienes que estarme jodiendo (?) Ya que fallé te diré que quien yo creía era el hermano de Kai debía ser Jonghyun. Luego pensé y dije "No, seguro es Key" pero nada x'DDD LOL.
ResponderEliminarJunhyung ♥ ya lo veía venir! (Pues nada, que ahora cuando me dicen mafia, drogas o cualquier cosa pienso en él 8D quedé con el trauma de "Give me heroine..." ÉXITO (?)) y...y...y me encanta u3u no sé, que me da risa porque x'DD me imagino a Jun con su cara de malote así super cariñoso con Joon y... I can't (?)
Bien 8D ya se sabe más sobre Joon, vamos progresando (?) ¿Heechul quiere desaparecer a Chanyeol? Pero ;; mi cosito bonito-loco (??) Porque se refería a Chanyeol, ¿no? xD Ay ;; no quiero que Kai le haga nada~ porque de verdad me gusta ese gigante con trastorno u3u y si me lo mataste te voy a pegar porque siempre matas a los que me gustan x'DDDD
Y pues, eso 8DD graciash por el cap, ancianita bonita ♥ (?) x'DD me gustó mucho~ c:
Nadie se esperaba a HeeChul como hermano de Kai, parece ser XDD Ánimo, que más adelante a lo mejor puedes adivinar quién es otra persona 8D Pero... JongHyun? Key? Really? XDDDDD A JongHyun lo veo de matón de pacotilla más bien y Key... no, Key y mafia no pueden ir en la misma frase LOL
EliminarJunHyung se ha vuelto un veterano de mis mafiosos (?) Además, sigue siendo como en Give me heroine, pero esta vez ha subido de categoría 8D Ahora vende la droga no la consume XDD Pero tranqui, que esta vez no hay ningún YunHo que muera, I promise >w<
Aish, no te adelantes a lo que pueda pasar, dongsaeng~ Lo que tenga que pasar, pasará 8D No voy a decir absolutamente nada del tema de ChanYeol, he dicho (?) Por cierto... creo que en el siguiente cap (o al otro) vuelvo a retomar el tema de Kai y Lay, por si te interesa e_é
Qué mona mi niña llamándome vieja <3 *sarcasmo* En fin... en cinco días tienes el siguiente cap ^^
HEECHUl? jajajajajajja cuando han dicho su nombre me he quedado, como? Espera que? xDDDD Ha sido tan genial ese momento me he empezado a reir yo sola...
ResponderEliminarYo sinceramente pienso que Kai y Channie, porque es chanyeol no? Al final se haran amigos y Kai no podra matarlo,... o eso espero xDDD
Nadie se esperaba a HeeChul XDDD Pues a mí me gusta, el papel le queda que ni pintado LOL
EliminarInsisto en lo mismo de antes, no os anticipéis e_é Los que tengan que morir, morirán (?) Además, esta vez no he sido tan cruel de matar a personas buenas... creo... o sí... no sé... jujujujujujuju (?)
Espero que te esté gustando~ <3