Participantes: Fan, Luhan y Sehun de EXO.
Género: Short-fic, hetero, drama.
Advertencias: Lemon no explícito, palabras malsonantes, muerte de un personaje.
Autorización: +15.
“En
aquel momento no sabía lo que sentía; si pena o rabia. Lloraba y
lloraba mientras tecleaba el número del ángel chino. Habría
llamado a mi mejor amiga, pero no tenía, solo me quedaba él; y
aunque la hubiera tenido, también lo llamaría a él.”
-
¿Quién?
-
¿L-Luhan? Soy Luke, ¿me recuerdas? La … la novia de Sehun.
-
Ah sí, dime, ¿qué necesitas?
-
Solo ven.
-
No tardo.
Luhan
estaba en una reunión de amigos, pero aún así cogió sus cosas y
corrió lo más rápido que pudo sin pararse a descansar. Cuando
llegó a casa de Luke, tocó la puerta desesperado.
-
¡Luke! ¡Soy Luhan, ábreme!
Cuando
la puerta se abrió, Luhan solo vio a una Luke destrozada y llorando,
las lágrimas le caían a la velocidad de la luz. La cogió de la
mano y entró a su casa buscando el salón hasta que lo encontró y
se sentaron.
-
Qué ha pasado – dijo Luhan, serio y preocupado.
-
E-es Sehun …
-
¿Qué ha hecho ese hijo de puta?
-
Lo vi besándose con una chica en el parque.
-
¡Lo sabía!
-
¿El qué sabías?
-
Me comentó sobre esa chica, y sobre que hoy había quedado con ella,
¡debí impedírselo! ¡soy gilipollas!
-
L-Luhan – dijo llorando más y más – no te culpes, por favor.
-
Ese imbécil, ¿cómo se atreve a hacerte daño?
-
¡Basta ya! ¡deja de insultarlo! ¡aún así lo sigo queriendo!
Después
de oír eso, Luhan solo miró a Luke y se fue, a saber dónde. Las
horas pasaban y Luke sólo quería estar sola, acostada y con ganas
de morirse. La imagen de Sehun con esa chica inundaba su cabeza cada
vez que intentaba animarse; definitivamente no podía.
Por
otro lado, Luhan estaba en su casa sin saber que hacer, solo tenía
impotencia; impotencia de no poder ir a darle una somanta de
guantazos a Sehun.
“¿Qué
coño? ¿Impotencia? ¡Allá que voy!” –
pensó, y se levantó del sofá para buscar a su “mejor amigo”.
Cuando
llegó a su casa, tocó el timbre seguidamente mientras gritaba.
-
¡Sehun! ¡ábreme la puta puerta!
La
puerta se abrió y ante sus ojos apareció un Sehun despreocupado.
Miró dentro y había una chica sentada, una chica que no era Luke.
- Serás ... – el único reflejo de Luhan fue darle la ostia de su vida – ¿CÓMO TE ATREVES A HACERLE ESTO A LUKE? ¿ERES GILIPOLLAS O QUÉ TE PASA TÍO? ¡ESTÁ DESTROZADA!
- Tengo derecho a hacer lo que me dé la real gana, ¿te enteras?
- ...
- ¿TE ENTERAS O NO TE ENTERAS?
- Eres un monstruo; un jodido y repugnante monstruo.
Luhan
volvió a su casa tras decir eso, ya que era bastante tarde.
Al
día siguiente, Luke no tuvo más opción que ir a la universidad
para no perder clase ya que estaban en la recta final. Aún con los
ojos hinchados de tanto llorar, estuvo toda la mañana en la
biblioteca, estudiando mientras recordaba todos los buenos momento
que había pasado allí junto a Sehun. Al salir, ya no quedaba nadie
en la universidad, solo un chico, en la entrada, esperándola: Luhan.
Se encaminó hacia él cuando alguien le detuvo y se giró.
-
Luke, tenemos que hablar – dijo Sehun, cuando Luke se giró hacia
él. Volvió a girarse en la posición que estaba antes.
-
Tú y yo no tenemos nada que hablar – se soltó de su agarre y fue
corriendo hacia Luhan, que la recibió con una sonrisa y le dio la
mano para acompañarla a casa.
“En
ese momento solo sentí que debía estar con él. No sé lo que
sintió él, la verdad, a lo mejor solo sentía pena por mí.”
Cuando
llegaron a casa de Luke, ella lo invitó a pasar y él fue al salón
para acomodarse en el sofá. Luke fue a por algo para picar y se
acomodó junto a él.
-
Me voy a olvidar de él.
-
¿Cómo? – preguntó Luhan, curioso.
-
No lo sé, pero juro que lo haré.
-
… déjame ayudarte – Luke miró a Luhan, extrañada.
Antes
de poder decir nada, Luhan ya se había abalanzado sobre ella y había
empezado a besarla. La tenía cogida de las manos así que ella no
podía hacer nada más que seguir el beso, y aunque hubiera estado
libre también lo habría seguido. En cuanto pudo, le dio la vuelta a
la tortilla y fue ella la que quedo encima de él, se acomodó en sus
piernas y siguió besándolo mientras lo cogía de la cabeza y se
acercaba más y más.
“Nos
besamos tanto que nos quedamos sin saliva, y esa noche Luhan “durmió”
en mi casa.”
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