Participantes: Fan (OC), Youngjae (B.A.P).
Género: One shot, hetero, romance.
Advertencias: Ninguna en especial.
Autorización: +12.
El
despertador suena y Eunmi se despierta de su sueño profundo.
Levantarse a las 07:00 ya es una rutina para ella desde que debutó y
está de promociones; ser famosa no es fácil. Como puede pone un pie
en el suelo y luego el otro, para terminar levantándose y
manteniéndose en pie a duras penas después del agotador día de
ayer. Se dirige al baño a paso lento y apoyándose en la pared y al
llegar lo primero que hace es mirarse al espejo: tiene el pelo
estufado y unas ojeras tremendas que no quedan nada bien en sus ojos
color marrón oscuro; aunque eso no es nada comparado con el terrible
dolor de espalda.
Suspira
y se quita el pijama para seguidamente meterse en la ducha y dejar
que el agua caiga libremente sobre ella. Está cansada, sin ganas de
nada, pero no tiene más opción que ir a esa actuación y
posteriormente a la cita con sus fans, a los cuales no quiere
decepcionar. Sale de la ducha tras terminar de lavarse el pelo y pone
la toalla alrededor de su cuerpo, se vuelve a poner frente al espejo
y comienza a secarse el pelo. Una vez seco su pelo moreno, regresa a
su habitación y abre el armario para quedarse mirando en su
interior; no sabe qué ponerse.
Finalmente,
después de mirar todas y cada una de sus prendas un par de veces, se
decide por unos vaqueros ajustados, una camiseta blanca y unas
zapatillas 'Converse' también blancas; cuánto más discreta mejor.
Se recoge el pelo en una coleta y, como no tiene muchas ganar de
maquillarse, se pone unas gafas de sol que le tapen los ojos y las
ojeras. Abre el cajón de su escritorio y saca un iPod junto con los
auriculares y se los pone con la música a todo volumen, como a ella
le gusta.
Antes
de salir a la calle se pone una chaqueta de deporte y se sube la
capucha para tapar un poco su cara. Atraviesa la puerta para
enfrentarse a decenas de periodistas que se encuentran esperándola a
la salida; que si relación con este, que si relación con el otro,
¿no tienen otra cosa en qué pensar? Aligera el paso para dejarlos
atrás y camina al mismo ritmo durante toda su trayectoria a la
discográfica; tarda al menos 20 minutos en llegar ya que está
bastante lejos.
-
¡Llegas tarde! – dice el manager, bastante cabreado.
-
Estoy cansada, no he podido venir más rápido – le contesta ella
con voz calmada.
-
¡No quiero que esto vuelva a pasar! – grita, y todos los presentes
en la sala se giran para ver la situación – ¡Ve a maquillarte y
vestirte pero ya!
-
Sí – responde Eunmi, cabizbaja.
Va
sin ganas al tocador, se quita la chaqueta y las gafas y se sienta en
la silla que hay frente al gran espejo para esperar a su estilista,
Diana, la única miembro del staff con la que se lleva bien.
-
¿Otra vez tu manager se ha levantado con el pie izquierdo? –
pregunta Diana, nada más llegar.
-
Parece ser que sí, está amargado y le gusta pagar las cosas conmigo
– hace una pausa –. No veo qué tiene de malo llegar algunos
minutos tarde.
-
No le des importancia y céntrate en tu actuación de hoy, estás
nominada para ganar y, créeme, solo estar nominada ya es un gran
logro para los que acaban de debutar – y, por mi primera vez en el
día, Eunmi sonríe.
Pasan
algunos minutos, tal vez más de media hora, hasta que Diana termina
de arreglarla.
-
¡Lista! – exclama – Ahora ve a cambiarte, tienes que ir al
plató.
Le
ha ondulado el pelo y le ha puesto alguna que otra mecha rosa
postiza, y un maquillaje fuerte en los ojos, lo que hace que estos
destaquen.
Ahora
es turno de que se ponga la extravagante ropa que se encuentra en las
perchas: un pantalón corto de color negro y bastante apretado, una
camisa blanca con mangas largas demasiado escotada para su gusto y
unos zapatos de tacón brillantes. Odia este tipo de ropa pero no
puede rechistar o le caerá una buena. Tras vestirse, sale de la
discográfica para ir a Music Bank a grabar la actuación.
Mientras
tanto, entre el público de Music Bank tres amigos disfrutan entre
cantos, risas y saltos de una actuación de su grupo favorito. Los
tres suelen frecuentar este tipo de programas ya que no quieren
perderse ninguna de sus actuaciones, pero esta vez lo están
disfrutando más que nunca ya que han estado de exámenes finales y
no han tenido tiempo para ellos en unos dos meses. Daehyun, Youngjae
y Himchan saltan eufóricos al ritmo de la canción mientras el grupo
que tanto admiran se luce sobre el escenario. Cuando terminan, se
quedan en silencio hasta que Himchan reacciona.
-
Dios, ha sido genial, creo que ha sido la mejor actuación que han
hecho hasta ahora.
-
Tienes razón, son geniales – añade Daehyun, mientras Youngjae
asiente.
Ahora
solo les toca estar de brazos cruzados mientras esperan que termine
el show, ya que no están interesados en más grupos.
Entonces,
mientras los tres amigos tratan de recuperar el aliento, las luces se
apagan indicando el inicio de una nueva actuación.
Cuando
Eunmi sale al escenario y justo cuando las luces se posan sobre ella,
siente calores y un leve mareo; es increíble lo torpe que está hoy.
Saca fuerzas de donde no las hay y deja escapar un leve canto con su
melodiosa voz, sin desafinar ni un poco; tenía bastante aguante y
necesitaba hacer una actuación perfecta para ganar hoy. Para bailar
no tiene muchas fuerzas así que lo hace lo mejor que puede.
Abajo
se encuentra un Youngjae totalmente anonadado y mirando a la chica
que está ahora en el escenario, mirando cada uno de sus movimientos
y sintiendo su voz penetrar en sus oídos cada vez que ella abre los
labios, y por un momento piensa en cómo sería besarlos.
- Youngjae la baba – dice Daehyun, riéndose junto a Himchan.
- ¿Eh? ¿Q-qué baba? No sé de qué me estás hablando – dice Youngjae, con voz indignada y cruzándose de brazos.
- Oh vamos, estabas con la boca abierta y mirándola embobado – añade Himchan, y Youngjae se sonroja.
Una
vez la música deja de sonar, Eunmi hace su pose final para terminar
con una leve reverencia y volver al backstage. Está agotada, muy
agotada, tanto que le tiemblan hasta las piernas. Diana nota en
seguida que Eunmi está algo mareada, así que la ayuda a sentarse en
el sillón y le da algo de agua.
-
Lo has hecho genial, seguro que ganas – le susurra, cariñosa,
tratando de tranquilizarla.
-
¿En serio? Seguro que parecía un pato bailando con el dolor de
piernas que tengo … – dice Eunmi, y las dos ríen al unísono.
Finalmente,
la hora llega y sube al escenario ayudada por Diana, que la mira
preocupada.
-
Estoy bien – le dice Eunmi, para tranquilizarla.
-
¿Seguro?
-
Sí – entonces Diana se va, dejándola junto a los demás
participantes.
Antes
de que el MC anuncie el ganador, hace un gesto con la mano indicando
que estaba bien para tranquilizar a sus fans.
La
ganadora resulta ser ella, lo cual le sorprende bastante, ¿realmente
había sido tan bien aceptada en Corea? No lo podía creer. Coge el
trofeo algo pesado con los ojos llorosos debido a la emoción del
momento y les dedica unas palabras a todas esas personas que la
apoyan incondicionalmente a pesar de que ha comenzado su carrera hace
poco tiempo.
Minutos
después, se retoca el maquillaje, y pone rumbo al mini fanmeeting
que tiene a unos metros del edificio. Sale de allí y, al dar unos
pasos, tropieza debido a los tacones tan altos que le obligan a
ponerse. Pero no cae el suelo, no lo hace ya que alguien está ahí
en ese preciso instante para sujetarla por la cintura y evitar que
caiga, pegándola a con fuerza contra su cuerpo.
Se
gira, aturdida por lo que acaba de pasar y el chico rápidamente le
suelta la cintura, avergonzado. Lo mira de arriba abajo,
analizándolo. Es bastante guapo, algo más bajito que ella, aunque
también ella se hace ver más alta con los malditos tacones. Va
vestido con una camisa de punto que, a su parecer, le queda bastante
bien y unos vaqueros algo caídos, como está de moda últimamente.
Sin darse cuenta se muerde el labio, y cuando es consciente de lo que
está haciendo, se regaña mentalmente a sí misma.
-
¿E-estás bien, Eunmi?
-
S-sí, ¿c-cómo sabes mi nombre?
-
¿Estás de coña? Eunmi, eres famosa.
Por
un momento se le había olvidado hasta donde estaba, de verdad está
desconcertada.
Carraspea
avergonzada, roja como un tomate y deseando que los fans no la hayan
grabado.
-
Ya que tú sabes mi nombre, lo justo es que yo sepa el tuyo –
murmura, trantando de parecer convencida y que el chico se olvide de
su desliz anterior.
-
Y-youngjae, Yoo Youngjae.
-
Bonito nombre – sonríe – Bueno … Youngjae, hasta más ver.
-
¡E-espera! Te acompaño, ya sabes … por si te tropiezas otra vez y
eso … – se sonroja.
-
No hace falta, mi manager me está esperando allí – dice mientras
lo señala con el dedo.
A
pesar de todo, Youngjae decide seguirla al fan meeting. El camino se
hace bastante largo y ninguno de los dos se dirige la palabra, Eunmi
va hablando con su manager sobre cosas del trabajo, de su agenda y de
su horario.
Una
vez llegan, Youngjae hace una reverencia para indicar que se va, ya
que no tiene nada que hacer ahí, pero Eunmi lo para y le dice que
espere. Va hacia su manager y le pide un papel y un bolígrafo para
apuntar algo.
-
¿Para qué lo quieres? – le pregunta el manager, extrañado.
-
Nada importante, no creo que te interese.
El
manager, no muy convencido, le da un pequeño bloc de notas y Eunmi
escribe algo en una página, para después arrancarla y doblarla
varias veces. Después, va hacia Youngjae y le da el papel
disimuladamente sin que nadie la vea.
-
Llámame, creo que te debo un café, me has salvado la vida.
-
Hala, exagerada – Youngjae sonríe y se vuelve a sonrojar mientras
se pasa la mano por la nuca, acepta el número de teléfono y va a
sentarse en un banco cerca de allí para poder observar desde lejos
el fan meeting.
Eunmi
se acerca a sus fans con una sonrisa enorme en la boca, hay
bastantes, la verdad. Algunos se acercan a ella para que les dé
autógrafos y ella se los da encantada. Se queda bastante rato
hablando con los fans y respondiendo a sus preguntas, algunas más
comprometidas que otras. También le piden que cante y ella lo hace
sin dudar ni un segundo a pesar de lo cansada que se encuentra.
Una
vez finaliza el evento, una fan en silla de ruedas se acerca a ella y
le pide una foto. Eunmi rápidamente se hace una foto con ella
poniendo una cara divertida, como solía hacer.
La
persona que lleva la silla de ruedas le cuenta que la fan es
paralítica, pero a pesar de eso siempre tiene una sonrisa en la
cara. También le cuenta que gracias a su música últimamente está
más animada y se toma más en serio su tratamiento para algún día
llegar a ser como ella.
Eunmi,
al escuchar todo esto y al ver la sonrisa de la fan, se conmueve y le
dan ganas de darle un abrazo, y lo hace. Además del abrazo, decide
regalarle una de sus pulseras favoritas.
-
Toma, así siempre estaré contigo – le dice cuando se la da –
quiero que te tomes el tratamiento en serio y que progreses mucho,
¿vale? No quiero que mis fans estén mal, así que sonríe siempre.
Youngjae,
que lo ha oído todo, está sonriendo como un tonto mientras mira la
escena. Eunmi es un amor de persona y lo demuestra con cada uno de
sus actos, lo que hace que le guste más. Sonrojado, se va del
fanmeeting y se encuentra con Daehyun y Himchan, pensaba que se
habían ido, pero finalmente le esperaron para acompañarlo a casa.
Durante todo el camino no puede sacar la mano del bolsillo de su
pantalón, donde tiene guardado el número de teléfono de Eunmi.
Pasan
varios días bastante ajetreados para Eunmi, aunque gracias al cielo
que esa mañana podía despertarse a la hora que quisiera ya que no
tenía actividades, pero por la tarde sí tenía un fansign.
Se
levanta a la hora de comer y se hace comida instantánea porque no
tiene ganas de jugar a las cocinitas; se sienta en la mesa del salón,
enciende la tele, y empieza a comer tranquila, sin prisas. Una vez
termina, tira el recipiente a la basura y sube a ducharse y a
arreglarse un poco el pelo. Escoge lo de siempre para su vestimenta:
camiseta, vaqueros y 'Converse', y después de vestirse, su chaqueta
y su iPod para ir a la discográfica a cambiarse para el fansign.
Justo antes de salir de casa, su teléfono suena y en la pantalla
aparece un número desconocido, y la imagen de Youngjae le viene a la
mente.
-
¿Quién? – dice, con los labios temblando; si no era él se iba a
llevar una decepción muy grande.
-
Eunmi, soy tu manager, he tenido que cambiar de teléfono porque me
han robado el móvil, guárdame en contactos.
-
V-vale.
No
era Youngjae. Eunmi pasa olímpicamente de agregar a su manager, le
había cortado todo el rollo. Su teléfono vuelve a sonar y otra vez
un número desconocido aparece en la pantalla.
-
¡¿Y ahora qué quieres?! – dice Eunmi, enfadada a más no poder.
No le gusta que la llamen tantas veces seguidas.
-
¿E-eunmi? ¿Eres tú? – es la voz de Youngjae. Eunmi se tensa.
-
S-sí, soy yo … perdón, pensaba que eras mi manager, es un pesado
– intenta calmar la situación.
-
A-ah, verás es que … quería preguntarte … ¿quieres quedar
ahora en un rato? – hace pausas en cada frase, se le nota que está
nervioso.
-
Youngjae … ahora tengo que ir a un fansign, lo siento …
-
Entonces iré al fansign y te esperaré allí, ¿te importa? –
Eunmi sonríe de oreja a oreja.
-
No, claro que no me importa, nos vemos allí.
Entonces
cuelga, sale de casa y pone rumbo hacia la discográfica. Sabe de
sobra que está saltándose las normas de ser una idol. La norma
sagrada: no tener citas, ni salir con chicos. Pero es inevitable con
Youngjae, es tan interesante … de verdad que tiene ganas de
conocerlo a fondo.
Llega
a su destino y pone en pausa la canción que está sonando en su
iPod. Y repite el mismo proceso de casi todos los días: Diana la
peina y la maquilla y luego se viste con ropa llamativa a más no
poder. Vuelve a salir del lugar y monta en el coche para dirigirse al
fansign.
Al
llegar, busca inconscientemente a Youngjae por todos lados aunque sin
ningún resultado, parece ser que se ha escondido bien.
El
fansign transcurre con tranquilidad, los fans le hacen regalos,
preguntas, y ella les firma sus discos; nada fuera de lo normal. Van
pasando todos y en apenas una hora ya casi ha terminado.
-
¿Tu nombre? – le pregunta al siguiente fan, para poder ponerle la
dedicatoria.
-
Youngjae – se dirige a escribir cuando un pensamiento invade su
mente: “¿Youngjae? ¿Ha dicho Youngjae?”
Eunmi
levanta la cabeza y se encuentra a Youngjae, sonriente.
-
¿Qué haces aquí? Deberías estar esperándome.
-
Pero quiero que me firmes mi disco – dice sonriendo más
ampliamente; tiene una sonrisa preciosa.
-
Eres idiota – Eunmi se sonroja y sonríe junto a él, aunque
realmente está apenada, ya que la relación que le gustaría tener
con él no es exactamente la típica fan-idol.
El
evento termina y va corriendo a buscar a Youngjae antes de que su
manager la descubra, y cuando lo encuentra, lo coge del brazo y se lo
lleva a una cafetería cercana.
-
Quítate el gorro, casi no te puedo ver la cara – dice él,
indignado.
-
No necesitas verme la cara, además, si lo hago empezarían a
hacernos fotos y crear rumores, y no queremos eso, ¿verdad?
-
N-no, para nada.
Youngjae
se pide un café solo y Eunmi un descafeinado con leche, ya que
necesita dormir esta noche. Una vez tienen su pedido en la mesa, todo
se queda en silencio; ninguno de los dos se dirige la palabra y eso
crea incomodidad en el ambiente.
-
¿Puedo preguntarte algo? – Youngjae inicia una conversación, no
muy convencido.
-
Adelante.
-
¿Qué se siente al cumplir un sueño? – Eunmi se queda atónita
ante la pregunta y medita la respuesta.
-
Cuesta asimilar que ya no es un sueño, que es la pura realidad, pero
te acabas acostumbrando – hace una pausa –. ¿Tú no tienes
sueños que quieras cumplir?
-
Quiero ser fotógrafo.
-
¿Y qué te impide serlo?
-
No tengo dinero para comprar una buena cámara, ni tampoco para
viajar a sitios bonitos para poder fotografiarlos, y mucho menos
tengo a alguien a quien pueda hacerle fotos.
-
Tengo una idea.
Sin
pensárselo dos veces, Eunmi se levanta de la silla y va a pagar los
cafés; y Youngjae va tras ella. Sale de la cafetería a toda prisa y
le cuesta bastante alcanzarla.
-
¿A dónde se supone que vamos?
-
Sígueme – y Eunmi lo coge de la mano.
Tras
una caminata a paso bastante ligero llegan, agotados, a casa de
Eunmi.
-
Siéntate ahí, ahora vengo – Youngjae obedece y se sienta en el
sofá de color crema para esperar.
Eunmi
va a su cuarto, abre uno de los cajones de su cómoda y empieza a
rebuscar entre las cosas que tiene ahí guardadas, o más bien
escondidas. Va dejando las cosas en el suelo para así vaciar el
cajón y encuentra en el fondo su vieja cámara profesional, la que
compró juntando dinero por todo un año. Abre la puerta de uno de
los armarios y saca de dentro una mochila para meter ahí la cámara;
también saca algo de ropa simple y va al aseo a cambiarse en un
abrir y cerrar de ojos.
Baja
a la cocina y, ante la atenta mirada de Youngjae, abre la nevera y
mete en la mochila zumos y algún que otro aperitivo que encuentra
por ahí, después coge un mantel a cuadros y lo guarda también.
-
¡Listo! – grita, de repente, asustando a Youngjae – ¿Nos vamos?
-
¿Dónde?
-
Ya verás – le saca la lengua – es un secreto.
Entonces
los dos salen de la casa y Eunmi cierra con llave.
-
He llamado a un taxi, no tardará en llegar – Youngjae asiente.
Cuando
el taxi llega, suben los dos y se ponen el cinturón. Eunmi le dice
algo en voz baja al conductor y el vehículo arranca. Tras diez
minutos de viaje, Youngjae comienza a desesperarse.
-
Eunmi, dime dónde vamos.
-
Eres un pesado … está bien, te lo diré. Vamos a un lugar que hay
detrás de aquella montaña – la señala.
-
¿A qué vamos?
-
Eso no te lo digo.
-
¡Eunmi! Dímelo … – Youngjae empieza a hacer caras lindas, y eso
a Eunmi le parece extremadamente adorable, lo que hace que sonría.
-
¡He dicho que no!
Pasan
el resto del trayecto discutiendo y riendo hasta llegar al lugar.
Tras
bajar del taxi tienen que andar un rato hasta llegar al sitio ya que
en la montaña no hay carretera. Youngjae le coge la mochila a Eunmi
en un acto de caballerosidad y ella se sonroja por completo.
Finalmente
llegan y ante los ojos de Youngjae se encuentra un enorme prado; un
enorme y precioso prado. No hay mucha gente, y los dos se sitúan en
un sitio alejado donde pueden tener privacidad. Eunmi pone el mantel
en el suelo y se sienta encima, después, da una serie de golpecitos
indicándole a Youngjae que se siente a su lado. Él se sienta y
Eunmi empieza a sacar comida de la bolsa.
-
¿Vamos a hacer un picnic? – pregunta él, creyendo haber
averiguado las intenciones de Eunmi.
-
Algo así – sonríe y se pone a comer.
Desde
ese lugar se puede ver casi toda la ciudad, y son unas vistas
impresionantes.
-
¿Sueles venir mucho por aquí? – le pregunta él, bastante
curioso.
-
Solo cuando estoy deprimida o quiero despejarme – dice mientras el
viento golpea su cara – Youngjae, hay algo que quiero enseñarte.
Saca
la cámara de la bolsa y se la enseña, y Youngjae se queda
asombrado.
-
Voy a hacer de modelo para ti.
Youngjae
coge la cámara, asombrado, y la examina con detalle mientras Eunmi
se prepara para las fotos.
-
¡Cuándo quieras podemos empezar! – le grita ella, desde lejos.
-
¡¿QUÉ? – Youngjae no la oye bien. Eunmi lo nota nervioso, él se
sonroja y tartamudea, gesto que a Eunmi le parece del todo adorable.
Se acerca a él y posa la mano en su hombro.
-
¿Estás nervioso? ¿Quieres que nos hagamos algunas fotos juntos?
-
N-no, no hace falta.
-
¡No seas tonto, vamos!
Ella
se sienta de nuevo junto a él y le quita la cámara para hacer la
primera foto a traición.
-
¡Posa para mí! – le dice ella, y Youngjae no tiene más opción
que reírse.
Entonces
Youngjae se pega a ella, se apodera de nuevo de la cámara y empieza
a hacer fotos él mismo, se estremece con su contacto pero hace lo
posible para que no se note que está más nervioso ahora que antes.
Se hacen varias fotos así y Youngjae poco a poco va cogiendo
confianza. En la última foto, Eunmi se arma de valor y posa sus
labios delicadamente en la mejilla de Youngjae para tener una foto
cariñosa con él; pero no siente el flash ni tampoco el ruido de
captura. Abre los ojos y ve a Youngjae totalmente sonrojado y con la
mano en la boca tapando una sonrisa de oreja a oreja.
-
P-perdón, ¿te he incomodado? – le pregunta, algo apenada.
-
N-no, es solo que … no sabría decirte …
-
¿Te pongo nervioso? – decide ser directa, entonces él la mira
fijamente a los ojos.
-
Sí, me pones muy nervioso.
-
Si te sirve de consuelo, tú a mí también me pones nerviosa – se
sonroja.
-
¿Te gusto? – le pregunta, decidiendo ser directo él también.
-
Sería muy precipitado decir que me gustas, pero diré que tal vez
sí.
Sin
previo aviso, Youngjae la envuelve entre sus brazos.
-
Tú a mí sí que me gustas – le susurra, y después le pone la
mano en el pelo para acariciarselo.
Eunmi
se acurruca en sus brazos y pone la cabeza en el pecho de Youngjae.
Tras estar así unos minutos, los dos se acuestan uno al lado del
otro encima del césped, cogidos de la mano. Está atardeciendo.
Empieza
a hacer bastante frío, así que Youngjae se incorpora para quitarse
la chaqueta y ponérsela por encima a Eunmi, que está acostada y
casi dormida. Aprovechando la situación, se acerca a ella lentamente
y le da un suave beso en los labios, para después abrazarla y que
ella quede dormida entre sus brazos.
Más
tarde, antes de que anochezca, Youngjae despierta a Eunmi y vuelven a
llamar a un taxi para volver a casa. Esta vez, durante el camino,
Eunmi se vuelve a dormir con la cabeza apoyada en el hombro de
Youngjae.
El
taxi para justo delante de la puerta de la casa de Eunmi. Ella
despierta a duras penas y Youngjae decide cogerla en brazos para
acercarla al portal de su casa.
-
Al final no he podido hacerte fotos – dice él al soltarla.
-
Podemos quedar la semana que viene para que me las hagas, estoy libre
– dice todavía con los ojos entreabiertos – por cierto … –
saca la cámara de la mochila – quédatela, no la necesito.
-
¿En serio puedo quedármela? – le pregunta él, con ojos
brillosos.
-
Claro, quiero que hagas muchas fotos y me las enseñes la próxima
vez, ¿vale? – él asiente ilusionado.
Antes
de que Youngjae se vaya, ella se lanza a sus brazos para darle un
gran abrazo y después, le da un beso en la mejilla, no sin antes
asegurarse de que no había nadie alrededor. Entonces él se va
alejando y se para cuando está a bastantes metros de ella.
-
¡Te quiero! – le grita, haciéndole un corazón con las manos,
necesitaba decírselo antes de irse.
-
¡Idiota! – le grita ella, con su voz adormilada, ¿cómo se le
ocurría gritar eso desde la otra punta de la calle? – yo también
te quiero … – dice en un leve susurro, mientras lo ve alejarse.
Hola (?)
ResponderEliminarEl one-shot me ha gustado, ha sido bonito y sencillo. Últimamente no se encuentran fanfics/one-shots heteros así como así :-( Quizá es porque no estoy muy acostumbrada a leer one-shots pero he tenido la sensación de que la trama ha ocurrido muy rápido.
Como recomendación podrías meter algún pensamiento del protagonista para darle más datos al lector.
Por lo demás, me ha gustado. ¡Sigue escribiendo!
¡Hola! Muchas gracias por tu comentario, y, si quieres leer más fanfics o one-shots hetero no dudes en ir pasándote por aquí porque yo solo escribo hetero. Me han dicho varias personas que no expreso bien las emociones o pensamientos de los personajes, pero es que no soy muy buena para ese tipo de cosas, poco a poco iré mejorando, ¡y gracias de nuevo por leerlo y comentar! ♥.
Eliminarteodoraaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! es lo más cuqui que leí en mi life de fics heteros ?) XDD
ResponderEliminarme ha encantado, es tan jdfkdfdhff youngjae es un monoso, por momentos pensé que youngjae sería "youngjae" el de b.a.p lol
(aunque salió solo un poco, himchan...mi cororo se emociona <3 jajaa
eunmi es una monosidad, te he dicho que si fuera real me haría fan xD
en fin, gracias por escribir este one shot tan bonito
sigue así guapa! :) <33333
Omg gracias Teofila mía ♥ me alegra mucho saber que te ha gustado, de verdad. Yo también me haría fan de Eunmi si fuera real xD. Besitos ♥
EliminarQue bonito! Haces a Joungjae tan tan adorable :3 Eunmi, es tan... ¿perfecta? ¡Quien no seria su fan después de leer algo como esto! Y la escena en el prado con la cámara, y el beso en la mejilla, y el beso en los labios :3333 ¡Son adorables!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y me alegro mucho de que te haya gustado ♥.
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